miércoles, 19 de mayo de 2010

Poe


Acabo de terminar de leer “Manuscrito hallado en una botella” de Edgar Allan Poe. Es un relato bastante corto y como casi todo que he leído de este escritor atormentado, en general no me ha gustado, sin embargo si hay cosas interesantes a destacar, como esa tripulación envejecida en su nave fantasmagórica, cosa que me recordó a la pésima “Piratas del Caribe”.
Pero aunque como ya he dicho, no me entusiasma la escritura de Poe, tiene cosas geniales que posteriormente han sido copiadas o reinventadas, y sólo por el mero hecho de leer esos grandes momentos, merece la pena dedicarle unas horas de nuestra vida.

Edgar Allan Poe (1809-1849). Sus padres murieron cuando él era un niño y fue educado por un acaudalado hombre de negocios. Estudió en centros privados y asistió a la Universidad de Virginia, pero su afición al juego y a la bebida le acarreó la expulsión.
Su primer libro, Tamerlán y otros poemas, se publica en 1827.
Se alistó en el ejército, en el que permaneció dos años.
En 1829 apareció su segundo libro de poemas, Al Aaraf.
Obtuvo, por influencia de su padre adoptivo, un cargo en la Academia Militar de West Point, de la que a los pocos meses fue expulsado por negligencia en el cumplimiento del deber.
En 1832, y después de la publicación de su tercer libro, Poemas (1831), contrajo matrimonio con su prima Virginia Clem, que contaba sólo catorce años de edad. Trabajó como redactor en el periódico Southern Baltimore Messenger, y más tarde en varias revistas de Filadelfia y Nueva York
La larga enfermedad de su esposa convirtió su matrimonio en una experiencia amarga; cuando ella murió, en 1847, se agravó su tendencia al alcoholismo y al consumo de drogas.
Es justamente célebre su extenso poema El cuervo (1845), donde su dominio del ritmo y la sonoridad del verso llegan a su máxima expresión. y Las campanas (1849), evoca constantemente sonidos metálicos, Ulalume (1831) y Annabel Lee (1849) manifiestan idéntico virtuosismo.
Cuentos de lo grotesco y de lo arabesco (1840), se desarrolla en un ambiente gótico y siniestro, plagado de intervenciones sobrenaturales, y en muchos casos preludian la literatura moderna de terror.
Su cuento Los crímenes de la calle Morgue se ha considerado, con toda razón, como el fundador del género de la novela de misterio y detectivesca.


La causa exacta de su muerte nunca fue aclarada.


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