Estoy volviendo a leer “El hobbit” por puro entretenimiento. La primera vez que lo leí me gustó, pasé a “El señor de los anillos”, y me costó bastante terminarlo. Me aburría cada vez que había una descripción de algo o alguien que duraba dos, tres o más páginas. Y con las películas me sucedió lo mismo: “La comunidad del anillo” la fui a ver al cine, pero a la media hora de empezar me dormí.
Pero meses más tarde de estrenarse “Las dos torres”, un amigo me mostró los extras de la primera parte, me enganchó el entusiasmo de Peter Jackson y el resto del equipo, las historias que contaban de la escritura del guión, o la producción de la película.
Desde ese día he visto unas cuantas veces las tres películas en versión extendida.
Como siempre, en general me siguen pareciendo aburridas, con escenas eternas o que se alejan demasiado de la historia principal, pero tienen las tres algo de humanidad imperecedera, amistad sobre todas las cosas, el amor incondicional hacia otra persona, relaciones muy reales de padres he hijos, etc., en definitiva, grandes temas que siempre han tenido mucha importancia para el ser humano.
Y por ello creo que las volví a ver, al principio no sabía el por qué, pero con sucesivos visionados vi que hablaban de los problemas que a todos nos pueden sobrecoger en diferentes momentos de nuestras vidas.
Uno de los diálogos que más me gustan es cuando Gandalf dice algo así: no hemos elegido el tiempo que nos toca vivir, pero sí podemos elegir qué hacer con el que se nos ha dado...
Parece filosófico y creo que encierra una verdad absoluta: el poder que tiene cada individuo por luchar por aquello en lo que cree, básicamente en eso consiste la vida ¿no?, en luchar por aquello que amamos en las pocas décadas que tenemos de existencia.
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